Cada año, en torno al Día de Todos los Santos, todo México se transforma en una colorida fiesta popular. La santísima Muerte domina entonces las calles y las casas. Como un esqueleto espléndidamente vestido, ocupa su lugar en los altares decorados. Se toca música por todas partes, se ponen a la venta pequeñas calaveras de azúcar y las ofrendas, los altares de las casas, se llenan de comida: aquí se espera que los muertos se fortalezcan tras su largo viaje desde el reino de los muertos. Los Días de los Muertos son una celebración alegre. Eva, una doctora alemana, también ha viajado a México. Busca la distancia, pero lejos, lo más lejos posible de Alemania, donde vive su familia y donde su madre, de casi 90 años, ha decidido poner fin a su vida. En México, Eva se encuentra con una forma completamente diferente de enfrentarse a la muerte. Y conoce a Pancho, el vendedor de helados y su propia filosofía de vida. Con Pancho, se sumerge en el colorido ajetreo de los Días de los Muertos en México.